Los ritmos de vida propios de estos tiempos muchas veces provocan que la gente no pueda comer en sus hogares por lo que terminan comiendo en restaurantes o locales de comida rápida.
Debido a que los primeros suelen implicar un costo muy alto todos los días y a que los segundos son perjudiciales para la salud, cada vez más personas deciden comprar comida casera hecha por un tercero. Este negocio es muy productivo e ideal para las amas de casa que quieren tener su propio ingreso.
¿Local o mi propia casa? Dos opciones para un mismo emprendimiento
Si estás decidido a empezar un emprendimiento gastronómico como el que arriba describimos, seguramente debas tomar una decisión con respecto a la ubicación física del negocio. Te proponemos dos opciones que tendrás que elegir según tus objetivos y posibilidades.
La primera opción implica la renta o compra de un local para la venta de los menús. Si tomas esta decisión lo recomendable es buscar una zona de oficinas o empresas que se encuentren alejadas de puestos de comidas y restaurantes. Con esto obtendrás el monopolio en la venta de comida.
La segunda opción es que desarrolles el negocio en tu propio hogar. Esto implicará menos gastos de arrendamiento pero necesitarás un servicio de repartos eficiente y confiable.
En todo caso, para evitar los gastos que implica tener un lugar de comidas, te recomendamos que hagas un menú diario con retiro y reparto, pero sin un local a donde los clientes acudan para comer, ya que esto implicaría más gastos iniciales y de conservación del negocio.
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